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CERMI.ES semanal el periódico de la discapacidad.

viernes, 07 de octubre de 2016cermi.es semanal Nº 229

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"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"

Mujer

Mesa redonda. "Siempre peor: la exclusión laboral de las mujeres con discapacidad"

Invertir, la solución para revertir situaciones de discriminación

07/10/2016

Beatriz Sancho - Fotos: Manuel Moreno y Jorge Villa

La exclusión laboral de las mujeres con discapacidad es una cuestión de Estado, y en España una asignatura en suspenso, que genera suspense, angustia, en la que hemos suspendido y se encuentra suspendida debido a los estragos producidos de la crisis económica acechante, pero, sobre todo, a la colisión de otros factores como la falta de voluntad, de creatividad, la existencia de políticas esquivas, equivocadas, obsoletas, machistas, aún muy discriminatorias, y de quién sabe qué más. La solución, aunque también pase por cambio un de mentalidades, la toma de conciencia, la sensibilización, una mejor formación y orientación, una autopercepción mejorada y sana de las propias mujeres con discapacidad, y su necesario empoderamiento pasa por que el Estado se rasque los bolsillos e invierta de una vez el doble en la inclusión laboral de las mujeres, y aún más en la de las mujeres con discapacidad por la doble, triple y hasta cuádruple discriminación que soportan, que en la de los hombres.

Momento de la mesa redonda "Siempre peor: la exclusión de las personas de Marta Valencia, presidenta de la Comisión de la Mujer del CERMI, además de presidenta de CERMI Aragón, entre otros cargos, abrió la mesa redonda "Siempre peor: la exclusión laboral de las mujeres con discapacidad", organizada por 'cermi.es semanal' en Servimedia, con algunos datos actuales sobre el empleo de mujer con discapacidad, y aportó una serie de factores externos e internos que dificultan les el acceso al mercado laboral. 
 
"Las mujeres con discapacidad nos encontramos dificultades para que se nos incluyan en el empleo", y eso "lo pone de manifiesto los últimos datos que hay al respecto son del 2014". La tasa de actividad de las mujeres con discapacidad, informó Valencia, "es más baja que la de los hombres con discapacidad, y si se compara con la de personas sin discapacidad, aún mayor". También el desempleo en las mujeres con discapacidad, según la activista maña, es más alto, lo que para ella significa "que estamos en inferioridad de condiciones".
 
La situación se perpetúa, confirmó la presidenta de la Comisión de la Mujer del CERMI, debido a factores "importantes" como el trabajo no remunerado, y que no hay muchas mujeres en la búsqueda activa de empleo. "Más o menos el nivel de actividad de las mujeres con discapacidad en 2014, era un 36 por ciento", expuso. "Los dos tercios restante están inactivas, sin empleo y sin ningún tipo de actividad", recordó, "y es que todos sabemos que lo que determina hoy en día que una persona sea autónoma es tener un empleo" porque, además, "recordemos, el empleo facilita una vida social necesaria también para nosotras".
José Manuel Huesa, Virginia Carcedo, Agustín Huete y Raquel Manjavacas (de izquierda a derecha)"Lo que determina hoy en día que una persona sea autónoma es tener un empleo"
Entre los factores que influyen en estos datos de empleo de la mujer con discapacidad la también presidenta de CERMI Aragón apuntó, los internos y los externos. Entre los segundos englobó "la actitud familiar" y criticó la existencia de una "mayor sobreprotección sobre las niñas y mujeres con discapacidad", y esa "eterna" visión que se tiene de ellas "de niñas perpetuas" y de que "no tienen capacidad de diferenciar". Aunque ocurre con más insistencia, según afirmó, "en la intelectual".
 
Asimismo, la presidenta de CERMI Aragón confirmó que los niveles más altos de inactividad dentro del grupo poblacional de las mujeres con discapacidad, "sin duda, los encontramos en las mujeres con problemas de salud mental, y también con discapacidad intelectual". Por el contrario, desveló que las mujeres con discapacidad auditiva suelen ser las más activas laboralmente. 
 
Otro de los factores externo que dificulta el acceso al empleo a las mujeres con discapacidad apuntado por la aragonesa fue que los empresarios realizan muchas más ofertas para hombres que para mujeres con discapacidad. También en este aspecto contribuye la actitud de la familiar, ya que muchas familias piensan, "en el caso de que se trate de un familiar mujer, están bien en casa haciendo las tareas domésticas, y mucho mejor si encima tiene una pensión. Se pasa por alto su desarrollo personal fuera del entorno doméstico"
"Los empresarios realizan muchas más ofertas para hombres que para mujeres con discapacidad"
Lo injusto para Valencia es que esta actitud cambia respecto a los hombres con discapacidad: "de hecho, a ellos, desde la familia, se les insta mucho más a formarse, y a trabajar". Precisamente, en el tema de la formación sí cree que "se ha conseguido avanzar un poco más gracias a la enseñanza obligatoria". Pero "hay que insistir en la formación no solo obligatoria porque es fundamental y sabemos que a mayor formación más posibilidades de incluirse laboralmente".
 
Por otra parte, achacó a la sociedad su papel fundamental en la creación "de un ambiente hostil para la inclusión laboral de las mujeres con discapacidad". Así, Valencia sostiene que la sociedad es responsable de no haber tenido en cuenta "las capacidades que tenemos las mujeres con discapacidad llegando al punto de impedirnos, por ejemplo, no tener el control de nuestra propia economía. Esto, por ejemplo, suele darse con mucha frecuencia también para las mujeres con discapacidad intelectual".
 
La que también es patrona de la Fundación CERMI Mujeres también tocó el tema del medio rural donde, en su opinión, la inclusión laboral de las mujeres con discapacidad es más difícil porque "hay mayores situaciones de patriarcado y porque el trabajo existente pertenece más al sector primario, sector donde nos es más difícil aún acceder".
Marta Valencia, presidenta de la Comisión de la Mujer del CERMI"No existe ningún tipo de discriminación positiva por género y en la discapacidad esto es fundamental"
Marta Valencia para combatir todas estas dificultades, para revertir la situación de inactividad de tantas mujeres con discapacidad y crear mayor y mejor empleo para este sector poblacional aboga por la creación de medidas de acción positiva que incluyan a las mujeres con discapacidad en el trabajo. "No existe ningún tipo de discriminación positiva por género y en la discapacidad esto es fundamental", denunció.
 
Además, esta exclusión laboral de las mujeres con discapacidad, según la presidenta de CERMI Aragón, hace que las mujeres con discapacidad "se autoperciban de forma negativa, ya que todo lo que les rodea les dificulta o impide ser autónomas, decidir por sí mismas, y tomar las riendas de su vida". "Para lograr todo esto, hoy en día, hace falta tener un trabajo y sin él", prosiguió, "seguirán teniendo una autopercepción negativa, y no podrán valorarse, ni descubrir las capacidades y las potencialidades que tienen cada una de ellas". 
 

Obligada visibilización dentro del movimiento

 

También, retomando el tema de la formación, insistió en que "todavía falta trabajar en la formación de las mujeres con discapacidad, pero en función de sus capacidades". Y añadió que 
"también hay que trabajar el empoderamiento, la capacitación de las mujeres para que decidan ellas mismas lo que quieren hacer con sus vidas, logremos mejorar estos datos de empleo para las mujeres con discapacidad, y que estemos más activas y visibilizadas".
 
Respecto a este último tema, la visibilización de las mujeres con discapacidad, Marta Valencia exhortó como obligación hacerlo en el propio movimiento asociativo de la discapacidad y de la mujer con discapacidad. "Tiene que verse que estamos haciendo cosas para que podamos romper la percepción negativa social que tienen de nosotras y la propia". "Tenemos que conseguir que las mujeres con discapacidad salgan de la cáscara, y que se enteren de que somos mujeres hechas y derechas, igual que las demás, y que tenemos los mismos derechos y obligaciones, y la misma capacidad de actuar y de equivocarnos, pero que hemos de ser nosotras las que tomemos nuestras propias decisiones".  
"Tiene que verse que las mujeres con discapacidad estamos haciendo cosas para que podamos romper la percepción negativa social que tienen de nosotras y la propia"
El coordinador del Observatorio Estatal de la Discapacidad, profesor de sociología en la Universidad de Salamanca y director de InterSocial, Agustín Huete, introdujo su ponencia recordando que "las formas de discriminación social funcionan de una forma similar siempre" aclarando que "los beneficios sociales se reparten más en unos grupos que en otros". En este sentido, enfatizó el hecho de que ser varón es más sencillo que ser mujer, de medio urbano, más sencillo que de medio rural, joven, más que mayor, y ser persona con discapacidad más que con discapacidad, y que esta "es la forma en que nuestra sociedad se construye". 
 
Para luchar contra una forma de discriminación, el primer paso según el sociólogo, "es darse cuenta de que la discriminación existe". "En el siglo XIX las mujeres no votaban, y la mayoría de mujeres defendían que no debían votar, tanto las que estaban formadas como las que no opinaban así", introdujo el experto. "Y por eso que estemos hoy hablando de las discriminaciones hacia las mujeres con discapacidad es un gran paso porque nos damos cuenta de que existe una forma de discriminación específica hacia las mujeres con discapacidad". 
Agustín Huete, coordinador del Observatorio Estatal de la Discapacidad"Es un abuso el que nuestra sociedad realiza contra las mujeres con discapacidad de manera aleatoria"
 
Aunque Huete admitió que "es un abuso el que nuestra sociedad realiza contra las mujeres con discapacidad de manera aleatoria" y que es cierto que ser conscientes de esta discriminación "es el primer paso", la realidad es que "la discriminación sigue existiendo. Por tanto", avisó, "con esa identificación no pensemos que terminamos el camino, solo lo comenzamos".
"Todavía no pagan una inclusión laboral de una mujer más que la de un varón. Y es desde la política pública desde donde se fragua la promoción, la inclusión de un sector de la población" 
El coordinador del Observatorio Estatal de la Discapacidad informó de que si bien las administraciones ya se han dado cuenta de que las mujeres están en una situación de discriminación, también en el medio rural, las minorías étnicas también, y se han creado leyes para luchar contra esto "todavía nuestra sociedad arrastra esta situación y lo arrastra en el ámbito privado". Y para ejemplificar su sentencia puso el foco en las grandes plataformas de la discapacidad porque "también se han dado cuenta ya de que las mujeres con discapacidad requieren una adaptación especial y, por ello, las grandes organizaciones como el CERMI, Fundación ONCE, Plena Inclusión, y otras están trabajando actualmente con un discurso de potenciación, de empoderamiento y de acciones específicas para las mujeres con discapacidad".
 
Sin embargo, el director de InterSocial anunció que "el trabajo para las mujeres con discapacidad, al final, se pelea en el ámbito local, en las pequeñas organizaciones de barrios, en los pueblos, en las ciudades pequeñas, en las provincias donde este discurso de género en las políticas de empleo todavía no existe". Denunció no obstante que los servicios de inserción laboral de todos ellos, que las administraciones públicas "todavía no pagan una inclusión laboral de una mujer más que la de un varón". "Y ahí es", apuntaló Huete, "donde realmente se fragua la promoción, desde la política pública para la inclusión de un sector de la población". 
"El trabajo para las mujeres con discapacidad, al final, se pelea en el ámbito local, en las pequeñas organizaciones de barrios, en los pueblos, en las ciudades pequeñas, en las provincias... donde este discurso de género en las políticas de empleo todavía no existe"
Según el sociólogo, por el hecho de que las mujeres con discapacidad son un grupo dentro de las mujeres que tienen una especial discriminación, "las medidas transversales de género tienen que contemplar la discapacidad de manera estandarizada". "Cualquier política pública encaminada a la protección de las mujeres", señaló, "tiene que contemplar a las mujeres con discapacidad, y esto todavía no ocurre".
 
También explicó el experto que el empleo es una de las herramientas que requiere mayor potenciación puesto que la inclusión social requiere del empleo para materializarse, ya que inclusión social significa: tener actividad económica, "es decir, poder ganar para gastar"; también tener "acceso a derechos, ya que si no trabajas no tienes derecho a la sanidad, al desempleo, a las coberturas sociales porque si no eres una persona activa eres un beneficiario", y, por último, el empleo permite también "el acceso a las relaciones sociales porque todos sabemos que en el trabajo hacemos amigos y amigas, viajamos juntos, nos aportan historias que contar, etc.". 
 
"Falta contemplar el empleo como una herramienta transversal hacia las mujeres con discapacidad", concluyó el profesor universitario, "aunque también habría que analizar por separado la dramática situación respecto a la exclusión laboral que, dentro de este grupo", enfatizó, "viven las mujeres con discapacidad intelectual y las mujeres con problemas de salud mental".  
Virginia Carcedo, secretaria general de la Asociación Inserta Empleo de la Fundación ONCE"Cualquier política pública encaminada a la protección de las mujeres tiene que contemplar a las mujeres con discapacidad, y esto todavía no ocurre"

El talento femenino 
 

Por su parte, la secretaria general de Asociación Inserta Empleo de Fundación ONCE, Virginia Carcedo, abordó el talento femenino con discapacidad, sin omitir mencionar, en primer lugar, la doble discriminación que sufren las mujeres con discapacidad por ser mujeres y por tener discapacidad.
 
"Se dice que si se incorporara ese talento femenino, sin distinción de si las mujeres tienen o no discapacidad, y las mujeres trabajasen tal y como lo hacen sus compañeros, el PIB de los países aumentaría", comenzó su intervención Carcedo, recordando que de las más de 1.300.000 personas con discapacidad en edad de trabajar, más de la mitad son mujeres con discapacidad. "En el caso de Japón, el PIB subiría un 9 por ciento, en EEUU un 4 por ciento, y en Egipto, un 34 por ciento", añadió significando que de realizarse estos cálculos el incremento del PIB en estos países "sería muy importante, pero, sobre todo, en los países que están en vías de desarrollo". "Incorporar el talento femenino, con y sin discapacidad", subrayó la secretaria general de Asociación Inserta Empleo, "Es un elemento clave para lograr que los países se desarrollen y que ese desarrollo se realice en igualdad". 
"Incorporar el talento femenino, con y sin discapacidad es un elemento clave para lograr que los países se desarrollen y que ese desarrollo se realice en igualdad" 
Sin embargo, Carcedo dio un paso más allá y entro de lleno, tras esta introducción, en la aportación principal del talento de las mujeres con discapacidad al mercado laboral como ventaja competitiva subrayando que "somos más de la mitad de ese 10 por ciento de la población mundial que tiene discapacidad". "La inclusión de ese talento femenino no solo aplica con beneficios económicos, como acabamos de demostrar, sino otros beneficios que no son económicos porque las mujeres con discapacidad somos depositarias del talento femenino, que no significa que solo lo tengan las mujeres, sino que mayoritariamente lo tienen las mujeres".
 
"El talento femenino es muy importante para la época actual que vivimos", refrendó Carcedo, "porque es el talento de la empatía, de tener en cuenta los conocimientos y las actitudes del otro; es el talento relacionado con el trabajo en equipo, con el liderazgo, y es un talento relacionado con la multitarea y el multicanal", indicó, y "las mujeres estamos enfocadas, acostumbradas a hacer muchas cosas al mismo tiempo en lugar de concentrarnos en una y dejar otras, colateralmente, por hacer. Esto es un talento femenino y", reivindicó, "las mujeres con discapacidad lo tenemos".
 
Por otro lado, la secretaria general de Asociación Inserta Empleo, mencionó que el hecho de que las mujeres con y sin discapacidad estén en los consejos de administración "tiene efectos muy rentables porque las políticas que se adoptan las entidades son muchísimo más inclusivas, y tienen en cuenta los puntos de vista de otros sectores que no son los mayoritarios en los consejos de administración".
"El talento femenino es muy importante para la época actual porque es el talento de la empatía, el talento relacionado con el trabajo en equipo, con el liderazgo, un talento relacionado con la multitarea y el multicanal y las mujeres con discapacidad lo tenemos"
También Carcedo la inclusión laboral de las mujeres con discapacidad pasa por el hecho de que ellas mismas "sean conscientes de sus derechos, tengan un alta autopercepción de sí mismas, y sepan lo que pueden aportar". Respecto a la situación laboral de las mujeres con discapacidad en el ámbito rural comentó un estudio realizado por su organización en 2014 gracias al cual "descubrimos que sufrían sobreprotección por parte de las familias, que no les dejaban salir por el hecho de ser mujeres, o incluso subprotección" como en el caso de que muchas familias que pagaban estudios al hijo varón con discapacidad, mientras que no lo hacían, o en menor medida, para las hijas con discapacidad. 
 
También en el mundo rural, otro dato clamoroso, bochornoso que destacó Virginia Carcedo fue el hallazgo de que muchas mujeres con discapacidad que querían poner un negocio propio, cuando iban a entidades bancarias en busca de créditos no se los concedían a no ser que "fueran avaladas por otra persona de la familia". "Estos son otros tipos de discriminación, pero que quedan ocultas, invisibilizadas porque nadie las denuncia o las evidencia", apreció Carcedo, "pero que son reales y hace que las mujeres con discapacidad, a pesar de poseer un talento innegable, estén en peores circunstancias que los varones con y sin discapacidad".

Isabel Caballero, coordinadora de la Fundación CERMI Mujeres

Contribuciones no mercantiles 

 

La exposición de la coordinadora de la Fundación CERMI Mujeres, Isabel Caballero, recogió un reconocimiento al trabajo realizado hasta ahora para "garantizar el acceso al empleo de las personas con discapacidad en igualdad de oportunidades", mencionando para avalarlo la intermediación laboral, el empleo con apoyo, el acompañamiento, y las campañas de concienciación dirigidas al empresariado. Sin embargo, Caballero puso en tela de juicio si el impacto de estas iniciativas había sido o no "diferenciado entre mujeres y hombres con discapacidad", y si habían servido para "romper con estereotipos basados en la segregación vertical y horizontal en el mercado laboral".
 
Centrándose en las contribuciones no mercantiles que hacen las mujeres con discapacidad a la sociedad, la experta en género explicó que dentro de la tan mentada tasa de inactividad que se da entre las mujeres con discapacidad se encuentran también aquellas mujeres "que ni están empleadas si buscan empleo", y fue crítica respecto a esas "otras aportaciones que realizan las mujeres en todo el mundo, también las mujeres con discapacidad, pero que permanecen totalmente invisibles en términos económicos" porque "no se computan en los PIB nacionales, por ejemplo", pero que "son contribuciones imprescindibles en la sostenibilidad del sistema productivo" y que se denominó "economía de los cuidados".
 
La coordinadora de la Fundación CERMI Mujeres se detuvo también a explicar la diferencia entre empleo (una relación laboral formalizada con un contrato, con una remuneración y derechos sociales), y trabajo. En este último se englobarían "todas aquellas tareas que quedan fuera del modelo empleo y donde, precisamente, las mujeres son las principales ejecutoras de labores que se encuadran en este segundo apartado". Estas tareas, según apuntó, suelen inscribirse tan solo en el "marco de la antropología de la economía, quedando fuera del fenómeno económico".
 
Aseguró también Isabel Caballero que la inclusión laboral también ha que tratar la sostenibilidad, pero no la ecológica, sino la "sostenibilidad de la vida, y asumir que todas las personas somos interdependientes". Para la coordinadora de la FCM "ese modelo de dependencia que se aplica a las personas con discapacidad es, en muchos casos, falaz", ya que "ninguna persona en comunidad es plenamente independiente y la dependencia, en mayor o menor grado, no es un atributo exclusivo de las personas con discapacidad".
"Ninguna persona en comunidad es plenamente independiente y la dependencia, en mayor o menor grado, no es un atributo exclusivo de las personas con discapacidad"
Para conseguir esa sostenibilidad de la vida, relató Caballero, "las mujeres hacen importantes aportes". Además, en este apartado, estableció una gradación en el perfil de las mujeres que aporta: "son las mujeres más pobres, mujeres con menor formación, mujeres negras -en según qué contextos- mujeres inmigrantes, etc., las que se encargan de desarrollar estas tareas que sostienen la vida. Y entre estas mujeres también se encuentran las mujeres con discapacidad, aunque aún hoy día, en el imaginario colectivo", alumbró, "las mujeres con discapacidad no aparecen ni en mercado laboral como tal, ni se las visibiliza como trabajadoras de lo doméstico".
 
A continuación, Caballero contrapuso la imagen de que "a nadie le resulta extraña de una mujer con discapacidad que, en su madurez, se encuentra encargada del cuidado de sus progenitores ancianos, o de sobrinas y sobrinos, cuando siendo joven vio cercenada la posibilidad de desarrollar un proyecto de vida propio al ser considerada dependiente, con escasas capacidades de cuidado y autocuidado", ironizó, "y aún menos con perfil de trabajadora en el mercado regulado".
"La economía de la vida aparece falsamente como marginal cuando, en realidad, contribuye a sostener el modelo social tal y como existe"
Por último, Caballero hizo alusión a la cadena internacional de los cuidados o "tareas precarizadas que siempre realizan las mujeres, sobre todo aquellas que se encuentran en una mayor situación de exclusión", llegando a traspasar las fronteras nacionales propias para subrayar que "la economía de la vida aparece falsamente como marginal cuando, en realidad, contribuye a sostener el modelo social tal y como existe".
 

Discapacidad intelectual

 

Por último, la gerente de Aedis, Raquel Manjavacas, coincidió con otros participantes en señalar que "sin duda, las mujeres con discapacidad intelectual tienen más dificultad para su inclusión laboral que otras mujeres con otras discapacidades", y centró su intervención en la falta de formación para ellas y las barreras que tienen para acceder a esa formación cuando es "vital como primer paso para conseguir el empleo", aunque advirtió que también fundamental es "trabajar para mantener el empleo y los derechos que se derivan de este".
 
Raquel Manjavacas, gerente de AedisMajavacas insistió también en la sobreprotección que sufren las mujeres con discapacidad, pero enfatizó que esta "se da mayormente sobre las mujeres con discapacidad intelectual". "Se sigue dando cobertura a la socialización de algunas mujeres", matizó, "como ya están haciendo las tareas domésticas, la propia familia e incluso ella misma consideran innecesario la necesidad de acceder al mercado laboral". En este sentido, la gerente de Aedis indicó que hay una serie de "hándicaps que se van sumando a la mujer con discapacidad intelectual y que, junto a la falta de formación y el escaso apoyo de la familia, conforman un tándem que les dificulta buscar y encontrar un empleo".
  
El sistema educativo en España, para esta ponente, "tiene enormes carencias" y "sería un buen momento ahora, con el panorama político actual, para analizar qué medidas se podrían poner en marcha para mejorar la educación, la formación, ya que en el caso de la formación de las mujeres con discapacidad intelectual hay lagunas enormes". 
 
En este punto, se abrió el debate en la mesa redonda y Agustín Huete consideró oportuno defender que el sistema de enseñanza "sí ha sido uno de los más exitosos en la reducción de la discriminación de las mujeres, aunque es verdad que no hasta el final, que aún quedan resortes discriminatorios hacia las mujeres como es el ejemplo de que el 80 por ciento de los catedráticos de las universidades españoles son varones". 
"La escuela ha conseguido equiparar bastante a los hombres y la mujeres, aunque ciertamente no haya sido así para las mujeres con discapacidad intelectual porque no ha sido así para las personas con discapacidad intelectual"
Para el sociólogo, igual que para Manjavacas, también quedan lagunas discriminatorias en el sistema educativo, pero puso el foco en que hoy en día "las mujeres están teniendo unos resultados equiparables con los varones" en cuanto a titulaciones, calificaciones, etc., se refiere. "La escuela, salvo estas lagunas mencionadas, ha conseguido equiparar bastante las cosas", sentenció, "aunque ciertamente no haya sido así para las mujeres con discapacidad intelectual porque" recordó, "no ha sido así para las personas con discapacidad intelectual".
 
También subrayó el profesor universitario que "el problema es que seguimos pensando que la escuela y la titulación es importante para trabajar, y no solo no siempre es así, sino que no es así en muchos casos", ya que, apelando al aval de muchos sociólogos, "a trabajar se aprende en el puesto de trabajo. La titulación es una llave para acceder al puesto de empleo". Para el coordinador del Observatorio Estatal de la Discapacidad el título debería ser contemplado como una etiqueta que te habilita para un trabajo: "romper esta barrera sería muy importante", juzgó.
"El título académico debería ser contemplado como una llave que te habilita para un trabajo. Romper esta barrera sería muy importante"
Además, Huete sacó a colación la paradoja de que aunque muchas mujeres con discapacidad, y varones, tengan éxito en la educación, como una experiencia inclusiva, "cuando se ponen a trabajar viven muchos una experiencia de frustración" porque "se sacan la carrera con apoyos, y cuando acceden al mercado de trabajo se dan cuenta de que el entorno es discriminatorio". "Esto supone un mazazo del que no todas las personas con discapacidad salen o saben cómo sobrellevarlo", defendió, "ni tienen porqué saber cómo hacerlo. Es una construcción social que hemos inventado así nosotros". 
 
Por su parte, Virginia Carcedo, al hilo de las afirmaciones del sociólogo, aconsejó que a la hora de dirigir u orientar a los niños y niñas con discapacidad a las universidades debería hacerse "de una forma profesionalizada y no utilizando el 'buenismo'" para que estudien carreras que luego no tienen salida profesional. Asimismo, apostó como mejores opciones la orientación a una formación profesional, "aquí la formación dual es buena", apuntaló, "o aconsejar una carrera científica o una ingeniería para que les sea más sencillo encontrar después un empleo".
 
La secretaria general de la Asociación Inserta Empleo también aportó para la formación de las personas con discapacidad intelectual lo que llamó "el aspecto experiencial de los currículos en la parte informa", que son certificados de profesionalidad que pueden sacarse por módulos, y les puede permitir ir adquiriendo la formación escalonadamente, al tiempo que les permite hacer prácticas en empresas, y acceder a puestos de trabajo aprendiendo en el propio empleo.
 
Fundamental para Carcedo también es la toma de conciencia del empleo con apoyo "porque parece que lo necesitamos una vez en nuestra vida y luego no volvemos a necesitar ese apoyo en otros puestos. No es así". Insiste en se necesita un empleo con apoyo para un puesto determinado y "al cambiar de puesto el empleo tiene que ser con apoyo otra vez porque resulta que las funciones han cambiado". En Inserta, expuso también la secretaria general de la asociación, comprueban que las empresas buscan perfiles multifacéticos, multitareas, "saber hacer de todo cuando no es posible". El resultado es que "tenemos personas con una sobrecualificación que ocupan trabajos sencillos que podrían ser ocupados por personas con discapacidad intelectual, y que hace que estas encuentren las puertas cerradas al empleo".
"Se necesita un empleo con apoyo para un puesto determinado y al cambiar a otro el empleo tiene que ser con apoyo otra vez porque resulta que las funciones han cambiado"
Raquel Manjavacas refirió el miedo de muchos empresarios a contratar personas con discapacidad, y especialmente con discapacidad intelectual, especialmente cuando no encuentran tareas rutinarias y sencillas que ofrecerles. Por este motivo muchos "ni se plantean la contratación, cumplen la cuota y ya. Hay que empezar a derribar el mito", zanjó. Además, la gerente de Aedis, retomó el tema de la formación dual mencionado por Cardedo y añadió que "se está comenzando a explorar muy tímidamente".
 
Para Manjavacas, la formación dual puede ser la "punta de lanza para convencer a los empresarios" porque, además, "resolvería parte de nuestro problema de formación aprendiendo una parte del trabajo en el propio puesto". De esa forma, opinó, el empleador conocería al trabajador que podrá contratar en el futuro y le formaría para que preste el servicio que la empresa demanda. "Para las personas con discapacidad intelectual", aseveró, "es fundamental poder aprender haciendo". 
 
Por otra parte, Virginia Carcedo aprovechó para recordar que existen profesiones estigmatizadas desde el punto de vista de género y explicó una línea que tienen en Inserta para detectar profesiones que donde no hay mujeres trabajando en ellas o muy pocas. Lo que hacen desde la asociación es buscar mujeres con discapacidad que puedan ser candidatas en los puestos de estas empresas para "convencer con hechos a los empleadores" de que tienen mujeres con discapacidad con el perfil exacto para estas profesiones, y así incluirse en ellos.
 
Otro de los aspecto "importantes" que quiso trasladar Carcedo fue el de utilizar con las empresas "proyectos piloto". Eso es lo que hacen desde Inserta, lo puso como ejemplo, en McDonald's para incluir a mujeres con discapacidad intelectual utilizando un profesor que sensibiliza a los compañeros, y que se encarga de la de inmersión de las futuras candidatas. Dice que de este modo se asegura el éxito del proyecto porque "todo el mundo está involucrado en él, y no hay nadie que se oponga a que salga adelante". "De otro modo", insistió, "puede fracasar la inclusión laboral de estas mujeres, ya que hay personas que ven lo viven como una amenaza porque, por ejemplo, el incluirlas pueda generarles más trabajo del que ya tienen". 
Agustín Huete, coordinador del Observatorio Estatal de la Discapacidad"Hay que comprar la voluntad, aunque suene mal. Cuando hay un programa financiado de inclusión laboral de un colectivo, funciona"
Agustín Huete, antes de finalizar la mesa redonda, no dejó de advertir con rotundidad de que además de la necesaria "sensibilización", la inclusión laboral de las mujeres con discapacidad "es una cuestión económica. "El empresario busca rentabilidad económica, y para romper la discriminación de la mujer con discapacidad en el mercado de trabajo lo que tiene que hacer el Estado es gastarse dinero".
 
"Hay que comprar la voluntad, aunque suene mal", se atrevió, "Cuando hay un programa financiado de inclusión laboral de un colectivo, funciona. Y luego sí podrá ser efectivo el boca a boca", determinó. En su opinión, la experiencia constatada del empresario hace que estén "encantados" y que ellos mismos "la promocionen. Es ahí cuando las subvenciones podrían retirarse". Sin embargo, resolvió que "no podemos pensar que las personas se van a mover por la buena voluntad o por el altruismo a la hora de emprender un negocio".
 
Por último, se puso sobre la mesa el dato estadístico de que las mujeres y varones con discapacidad tienen el mismo riesgo, en términos de probabilidades, a lo largo de su vida, de encontrarse en una situación de pobreza. Sin embargo, se subrayó que la pobreza extrema es mucho más alta en las mujeres con discapacidad respecto a los varones "y se debe a una cuestión de género" resolvió Agustín Huete. 
 
Por ello, también el sociólogo zanjó el tema de la exclusión laboral de las mujeres con discapacidad diciendo que "no se puede gastar lo mismo en promocionar el empleo para un varón que para una mujer con discapacidad, en situación de pobreza o sin ella, porque esa mujer, con discapacidad, arrastra un condicionante más". "¡Tendríamos que gastarnos el doble!", exclamo el coordinador del Observatorio de la Discapacidad, "lo que ocurre es que esto todavía es difícil de vender. Tanto que si una ministra de trabajo dice que a partir de ahora la inclusión laboral de los hombres con discapacidad la vamos a financiar con mil euros, y la de las mujeres con discapacidad, con dos mil, la propuesta no aguanta ni cinco minutos porque la discriminación de la mujer es social, funciona así". "Pero, lo expondré de manera contundente", advirtió, "ESA ES LA MANERA DE ROMPER ESTE CÍRCULO".
 
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